La Gran Barrera de Coral australiana está sufriendo un periodo de descomposición asombroso y preocupante pero ni los gobiernos ni las organizaciones internacionales están implementando planes para solucionar la situación que afectaría a miles de especies y modificaría el panorama de la región.
“Podemos quedar ciegos cuando un desastre global nos golpea en la cara. La mayor estructura vida de la Tierra está muriendo ante nuestros ojos y no estamos haciendo nada“, asegura Tim Ecott en una columna para The Espectator.
La Gran Barrera de Coral se extiende desde Papúa Nueva Guinea hasta la coste este de Australia tiene el tamaño equivalente a Alemania y, según imágenes aéreas confirmadas hace un tiempo, está sufriendo un blanqueamiento que atenta contra la flora y la fauna del ecosistema.
El blanqueamiento es un fenómeno que se da cuando los corales expulsan algas para tomar un color claro y actualmente solo un 7% del arrecife australiano ha evitado esta situación.
Un blanqueamiento similar se dio en 1998 pero las altas temperaturas de la actualidad hacen que el presente sea aún más complicado.
El mundo sigue como si nada
El autor señala que si bien el desastre global es de grandes proporciones, las autoridades no se han movilizado lo suficiente para evitarlo.
“El mundo, siempre listo para agonizar en torno a los animales en peligro de extinción, no se preocupa. Pero sí deberíamos. El mundo podría sobrevivir felizmente sin osos pandas pero no podría sobrevivir sin arrecifes coralinos que dan refugio a más de 4.000 especies marinas, ofrecen pescados a más de 1.000 millones de personas y dan protección vital contra tormentas y mareas rojas. No hacemos nada bajo nuestro propio riesgo”, avisó.