El matrimonio no es un juego. Varios estudios muestran que el matrimonio suele hacerte más pobre, más gordo y además disminuye tu apetito sexual. El que se casa entonces mejor se lo piensa dos veces. ¿Tienes que seguir tus sentimientos o es mejor optar por alguien que cumple tus exigencias ‘en papel’? La ciencia nos da la respuesta:
