Cosas como el precio de vivienda, el número de población y el crimen son importantes cuando vas a otra ciudad, pero solo son una parte de lo que predice si seras feliz allí o no, escribe Cathleen O’Grady en Arstechnica.
Una gran parte de la diferencia puede ser atribuida a algo más sorprendente: la compatibilidad entre el barrio y la personalidad.
Los investigadores postulan que ciertas personalidades crecerán en ciertas circunstancias. Por ejemplo, un barrio con mucha diversidad en cultura será ideal para personas que quieren explorar nuevas comidas y costumbres, pero hará a una persona que prefiere sus propias tradiciones sociales incómoda y ansiosa.
En Londres, donde se realizó la encuesta entre 56.000 individuos, los investigadores hallaron que Londres central está caracterizado por alta apertura a las nuevas experiencias pero poca escrupulosidad. Mientras tanto, los condados en el suroeste fueron asociados con altos niveles de extroversión y estabilidad emocional.
Cuando los investigadores establecieron los rasgos que se pueden vincular con el barrio, pudieron explorar cuáles combinaciones de estas características resultaban en satisfacción.
Como siempre, la estabilidad emocional y la extroversión fueron altos indicadores de la satisfacción de vida, sin importar el ayuntamiento. Las personas más abiertas eran más satisfechas en condados con más personas, con casas más caras, más diversidad cultural, menos ingresos y menos empleos.
En los barrios donde la gente en general tiene menos satisfacción de vida, las personas con mayor amabilidad y escrupulosidad eran más satisfechas, debido tal vez a que estos rasgos tienen más impacto en las personas con dificultades económicas o sociales.