Clarence Anglin, John Anglin y Frank Morris fueron tres reclusos que se escaparon de la prisión de Alcatraz en el año 1962 cruzando las aguas en una balsa, que jamás fue encontrada. Y, ahora, vuelven a estar de rabiosa actualidad, ya que parece que podrían haber sobrevivido y tocado tierra, según ha revelado un nuevo modelo por computadora.
Todo ello, contando que partieran a medianoche, ya que si lo hicieron antes o después, lo más probable es que perecieran en las frías aguas de la Bahía de San Francisco, que es donde se ubica la famosa prisión estadounidense.
Se ha simulado la partida de decenas de barcos
A esta conclusión, es a la que han llegado científicos de la Universidad Delft y el Instituto de Investigación Deltares de Holanda, los cuales presentaron sus hallazgos o conclusiones en la conferencia de la Unión Geofísica Americana en la ciudad de San Francisco.
Los tres científicos que han conformado este estudio han utilizado, para llegar a estas conclusiones, el software hidráulico más reciente y la información sobre las mareas en la noche de la fuga en el año 1962. Además, los científicos holandeses, para su estudio, simularon decenas de barcos partiendo desde diferentes puntos de la isla de Alcatraz cada treinta minutos (entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde).
El proyecto se inició para el riesgo de inundaciones
Aquellos que no hubieran nacido en esa época, quizá no se acuerden de este suceso, pero, si quieren conocer algunos de los detalles de todo el proceso de fuga, Clint Eastwood, la inmortalizó, a la perfección en su película “La fuga de Alcatraz”, donde se muestra cómo cavaron un túnel (durante meses) desde sus celdas con ayuda de unas cucharas y cómo prepararon cabezas de muñecos con pelo, papel, higiénico y jabón y las dejaron en sus camas el día de la fuga.
Lo cierto es que aún es un misterio si los tres presos sobrevivieron o no, pero los investigadores han dejado bien claro que no se propusieron estudiar la fuga de Alcatraz, sino que el proyecto fue pensado, inicialmente, para analizar el riesgo de inundaciones de las grandes instalaciones industriales en la bahía.