De acuerdo a Tim Leberecht, escribiendo para Harvard Business Review, la confianza en los líderes está más baja hoy que nunca. Esto se puede deber a la “deshumanización del liderazgo”. Esta es la tendencia de pensar en los líderes como instrumentos – son necesarios para llegar a una meta o heróicos – van a llegar a una visión única.
Es decir, queremos super-máquinas, super-humanos, o los dos. Muchos ejecutivos quieren llegar a ser eso. Son entrenados para no ser vulnerables, minimizar el riesgo y ser consistentes, así como tener control todo el tiempo. Y, sin excepción, fallan.
Es hora de hacer algo diferente. Estas son las 3 cosas que los líderes pueden hacer:
Ponerse emocionales. Los empleados valoran los momentos de conexión que llenan sus necesidades como seres sociales. Los momentos de vulnerabilidad cementan la lealtad en los empleados. No solo debes ser feliz o emocional. Cuando las cosas ocurren, pueden mostrarte decepcionado, preocupado o enfadado.
Ser excéntricos. Guy Laliberté, el director de Cirque du Soleil, contrató a un payaso para que lo siguiera a todas partes e imitara sus gestos. Marco Bertolini, el directo de Aetna, se convirtio en un ávido practicante de la meditación y el yoga después de una experiencia cercana a la muerte. Satya Nadella, el director de Microsoft, ha visto a su estilo de gerencia descrito como “cálido, borroso y algo loco”. Al exponer sus idiosincrasias, los jefes se hacen más humanos.
Expresar dudas. Los líderes inteligentes saben que hay más de una respuesta correcta y no le tienen miedo a cambiar una decisión si es necesario. Así que deben expresar dudas, pedir opiniones contrarias, y estar abiertos a cambiar sus pensamientos, muchas veces si es necesario.