Por qué tantos niños son diagnosticados como “hiperactivos” hoy en día? Por la falta de movimiento. Así de contradictoria es la respuesta que da la terapeuta pediátrica norteamericana Angela Hanscom en TimberNook blog y reproducida por el Washington Post.
“Irónicamente, muchos niños van por la vida con un sistema vestibular (equilibrio) subdesarrollado debido a la falta de movimiento. Para desarrollar un sistema de equilibrio fuerte, los niños necesitan mover su cuerpo en todas las direcciones y por varias horas” explica la autora y sostiene que “el problema es que los niños actualmente están mucho tiempo en “posición vertical”. Ella asegura que para el correcto desarrollo motor, los niños deben rodar colina abajo, trepar árboles y dar vueltas en círculo sólo porque es divertido.
Para que los niños puedan aprender, necesitan poner atención. Para que puedan poner atención, necesitan moverse. Esa es la base de su teoría.
En 1990 habían 600 mil niños diagnosticados en Estados Unidos con Déficit Atencional y Desorden de Hiperactividad (ADHD es su sigla en inglés), actualmente esa cifra supera los 6.4 millones, según los datos oficiales. Eso significa que más del 11% de los niños norteamericanos están diagnosticados y actualmente el mal está creciendo 5% cada año.
La teoría de Hanscom no es la única respuesta. También existe una mucho más pragmática, destacada por The New York Times, que hace notar que “el aumento de los diagnósticos de ADHD y de las prescripciones de estimulantes en los últimos años, coinciden con el destacable éxito de la campaña que realizan desde hace dos décadas las compañías farmacéuticas, orientada a publicitar el síndrome y promover sus píldoras entre doctores, educadores y padres”.
En Estados Unidos se vendieron cerca de $9 billones de dólares en estimulantes de este tipo, en tanto, a principios de los noventa la cifra ni siquiera llegaba a los $2 billones. Ello según los datos de IMS Health entregados por The New York Times. Para las farmacéuticas este mercado no está ni cerca aún de alcanzar su tope. Ahora el segmento de mayor crecimiento es el de los adultos que nunca fueron diagnosticados, cuando estaba a cargo de uno de los medicamentos.
El 2012 se hicieron cerca de 16 millones prescripciones de medicamentos para tratar el ADHD en adultos de entre 20 y 39 años. Casi el triple de las que se escribieron 5 años antes, según IMS Health.
VOLVER AL MOVIMIENTO
Ante la fuerza con la que las farmacéuticas están creciendo e instalando su producto en el mercado, es interesante terminar de conocer la teoría que maneja la hiperactividad no como una enfermedad, sino como un problema social de falta de movimiento.
Según la tesis de Hanscom, los niños están yendo a clases menos preparados para aprender, que nunca antes. Con un sistema sensorial que no funciona bien, se les demanda que pongan atención. Los niños naturalmente comienzan a inquietarse para obtener el movimiento que sus cuerpos desesperadamente necesitan y que no obtienen en la cantidad necesaria como para ‘encender’ su cerebro.
“Qué pasa cuando los niños comienzan a moverse?” se pregunta la autora y responde “les pedimos que se queden tranquilos y pongan atención; con ello sus cerebros vuelven a “dormir””.
Ir a una o dos horas de práctica de fútbol o ballet a la semana tampoco es la solución. Hanscom asegura que “eso no es suficiente movimiento para que un niño desarrolle un sistema sensorial fuerte”. Deben ser varias horas al día y en distintas direcciones.
Uno de los experimentos que realizó Hanscom, fue analizar el nivel fortaleza y equilibrio que tenían los niños en la parte central de la musculatura corporal (abdomen, espalda y glúteos). Descubrió que en Estados Unidos, sólo 1 de cada 12 niños tiene niveles normales de fuerza y equilibrio corporal.
La autora no limita su análisis a la sala de clases. Ella sostiene que los recreos deben ser de al menos una hora. Además destaca la importancia de que tan pronto como lleguen a casa desde l colegio, se les permita jugar. “Veinte minutos al día de movimiento no es suficiente”, asegura y concluye “necesitan varias horas de jugar afuera para tener un sistema sensorial saludable y para tener altos niveles de atención y comprensión en la sala de clases”.