Tu despertador suena en la mañana a la hora acostumbrada. Lo apagas y no tienes energías para levantarte. En cuanto logras incorporarte, inicia un fuerte dolor de cabeza. Tu malestar se va incrementando al pensar que debes ir nuevamente al trabajo, a continuar con una lista interminable de tareas que de nuevo te harán permanecer en tu lugar de trabajo hasta altas horas de la noche. Si te identificas con esta situación, podría ser que padezcas de algo más que simple cansancio.
El término de síndrome de “burnout” o síndrome de desgaste profesional / ocupacional fue acuñado por primera vez en 1970 por el psicólogo estadounidense Herbert Freudenberger. Se usó para describir las consecuencias del estrés severo experimentado por personas que trabajaban en profesiones humanitarias.
