Los científicos creían que la epidemia de la muerte negra había sido culpa de las ratas, por su papel en la difusión de la bacteria. Pero ahora, parece que tienen pruebas concluyentes para exonerar al roedor y para identificar a otro culpable: el jerbo. Esto es lo que escribe Sarah Kaplan en The Washington Post.
El profesor Nils Christian Stenseth, de la universidad de Oslo, dijo que si el estudio era correcto, había que reescribir esa parte de nuestra historia, reporta la BBC.
La idea era que la plaga había sido causado por las pulgas enfermas que llevaban las ratas. Para esto, dijo Stenseth, se necesitan veranos calientes sin mucha lluvia. Secos pero no demasiado secos.
Los investigadores analizaron una gran variedad de índices climáticos y no encontraron ningún vínculo entre el clima y la peste bubónica.
El equipo cree que condiciones específicas de salud en Asia pudieron haber causado que otro roedor pudiera haber prosperado. El jerbo gigante, el cual portaba la plaga puede haber llegado a Europa a través del comercio entre el Este y el Oeste.
Aunque se pensaba que las ratas habían sido las que portaban la peste, nunca se había sabido porque habían olas cuando las ratas siempre estaban presentes. Ahora, los científicos creen que está relacionado con Asia central.
El equipo analizará el ADN de la bacteria de la peste tomada de esqueletos antiguos en Europa. Si el material genético muestra un gran grado de variación, puede indicar que los hallazgos del equipo son correctos.
Diferentes olas de la plaga viniendo de Asia mostraría más variedad que una cepa que surgió de un depósito de ratas.