Max Nisen, escribiendo para Quartz, explica que es posible clasificar a los empleados de muchas formas en la era de la información. La gente que trabaja en ventas está acostumbrada a ver sus números en comparación. Pero ahora, podemos ver qué bien conducen los conductores de camiones, el tráfico de cada autor en una página web y qué tan rapido los ingenieros pueden escribir código con gran detalle.
Las empresas deben ser muy cuidadosas sobre cómo utilizan esta información. Clasificar a las personas públicamente, aún si se hace con la intención de causar transparencia o crear competencia, puede ser contraproducente.
En un nuevo estudio de una compañía de camiones en medio de la adaptación de las famosas reglas de Toyota, las cuales hacen hincapié en el respeto, la humildad y los resultados colectivos sobre los individuales, un estudio de NYU y Columbia encontró que colocar una tabla de clasificación comparando el desempeño individual tenía efectos muy diferentes.
Estos dependen de si el sitio individual se había sometido a una nueva formación cultural.
La tabla de posiciones se llena a través de una grabadora a bordo que transmite detalles de comportamiento de conducción. En los sitios que se mantiene una cultura individualista, los ránkings comparativos impulsaron el rendimiento de forma sustancial.
El efecto completamente opuesto ocurrió en los lugares que estaban haciendo la transición al sistema inspirado por Toyota. Su desempeño fue marcado por una eficiencia de combustible mucho más baja, más combustible perdido y más tiempo dedicado al ralentí.
Se cree que esto se debe al cambio de mentalidad impulsado por el cambio de cultura. A los trabajadores se les dijo que iban a ser recompensados por sus logros colectivos en vez de individuales.
En lugar de maximizar la satisfacción individual, los empleados consideraron su impacto en los colegas. La teoría es que con la clasificación respectiva, los mejores reducirían su esfuerzo para evitar herir los egos de los compañeros de trabajo y evitar rupturas en el equipo
Hay pocos lugares estos días que no se alimentan de la colaboración. Si una empresa cree que ha tenido éxito por ser así, es importante pensar dos veces antes de poner los datos de rendimiento en público.
Otro recordatorio importante del estudio es que vale la pena ser escéptico del asesoramiento de gestión de otras empresas. Solo porque algo funciona en un entorno no significa que esto sea universal.