Admitelo, siempre te hueles los dedos después de dar la mano. Si juras que no lo haces, seguramente lo haces sin darte cuenta.
Esto es lo que reporta Adam Pasick en Quartz.
De acuerdo a una nueva investigación, el saludo del apretón de manos intercambia varias señales químicas entre los conocidos. Los investigadores del Instituto de Ciencia Weizmann en Rehovot, Israel encontraron que los sujetos que se daban la mano con extraños eran dos veces más propensos a oler sus dedos después que aquellos que solo habían saludado sin darse la mano.
El equipo concluyó que oler la mano después de un apretón permitía señales químicas sociales. Es decir, es una forma en la que los humanos detectan y analizan las señales químicas que todos emitimos. Estas señales pueden significar miedo y otras emociones.
Los investigadores también encontraron una diferencia dependiendo del sexo de la persona presentada a los sujetos.
Las personas que le daban la mano a alguien del mismo sexo eran más propensos a oler la mano que acababa de tocar al extraño. Mientras tanto, las personas que estrechaban la mano de alguien del sexo opuesto eran dos veces más propensos a oler la mano izquierda, que no habia tocado al extraño.
Los científicos creen que cuando una persona conoce a alguien del mismo género, su cerebro se pregunta cómo huelen. Cuando conoce alguien del sexo opuesto, una pareja potencial para los heterosexuales, el cerebro se pregunta ‘¿Huelo mal?’