Las mujeres intelectuales ya son toda una realidad.
Más de la mitad de los graduados de los países de la OCDE son mujeres. En algunos, la proporción es de 60 %. Carreras que solían ser masculinas, como la medicina y la ley, han sido abordadas y capturadas por estudiantes femeninas. Esto reporta The Economist.
Se sospecha que algunas universidades elite estadounidenses admiten a candidatos hombres con grados más bajos para igualar las cifras.
Pero, a pesar de este gran avance, los prejuicios siguen obstaculizando tanto a las niñas como a los niños. Neutralizarlos podria ser fácil, por lo menos en la escuela.
Los resultados educativos parecen apoyar la anticuada idea de que el intelecto femenino y masculino son diferentes. Un análisis realizado por la OCDE probó a niños de 15 años en 60 países y ha resultado con patrones muy parecidos.
Las niñas son mejores que los niños en literatura, pero los niños son mejores en matemáticas. Los niños hacen menos tareas y es más probable que fracasen en todas las materias.
Los cursos que ambos sexos escogen en la universidad estan relacionados con su fortaleza. Las mujeres dominan en educación, salud y humanidades. Los hombres en informática, ingeniería y física.
Esto podria sugerir que los estereotipos son ciertos, pero un buen vistazo al estudio revela que la habilidad es afectada debido a los estereotipos.
Cuando los maestros marcan una prueba de lectura sin saber quien la tomó, la brecha de género se reduce en un tercio. La mayoría de maestros del mundo ahora son mujeres. Les resulta más facil, tal vez de forma inconsciente, darle buenas notas a las personas puntuales, ordenadas y limpias, cualidades asociadas con las niñas que no tienen nada que ver con la comprensión de lectura.
En otro estudio, reportado por Slate, las niñas superaron a los niños en un examen de matemáticas calificado anónimamente. Los niños superaron a las niñas cuando los profesores sabían su nombre. Esta prueba no dio los mismos resultados en inglés y hebreo. Esto hizo que los investigadores pensaran que los maestros sobreestimaron las habilidades de los niños y subestimaron las de las niñas, y eso tenía un efecto a largo plazo sobre la actitud de los estudiantes sobre esas materias.
La solución, entonces, es simple, dice The Economist. Todos los exámenes deberían ser anónimos. Si las niñas creen que no puede hacer matemáticas y los chicos creen que leer es de niñas, ninguno lo va a hacer.
La esperanza para los estudiantes
El hallazgo más alentador es que las diferencias de género se pueden reducir. Los niños en los países con las mejores escuelas leen tan bien como las niñas en otros paises. En Shaghai, casi ningún niño falla materias y las niñas son casi tan buenas como los niños en matemáticas.