Recibir una transfusión con el tipo de sangre equivocado es muy poco común, pero es verdad que ha ocurrido en varias ocasiones. Esto es lo que escribe Esther Inglis-Arkell en Gawker.
Para entender cómo funciona una reacción a la transfusión, tenemos que analizar los componentes en la sangre. Los glóbulos rojos nos dan los tipos de sangre A, B o O y no hacerlos coincidir causa una gran reacción, pero otras células también causan reacciones. Incluso los receptores de sangres sin problemas de concordancia pueden contraer fiebre, escalofríos y dolores si su sistema inmune ataca a los glóbulos blancos de la sangre nueva.
Las plaquetas en la sangre de los donante también se descomponen por el organismo de acogida, lo que resulta en ‘púrpura’, manchas moradas en la piel. Las reacciones son leves, pero a los médicos no les gusta correr riesgos. Estos días, la mayoría de sangre de donantes es separada en componentes antes de ser utilizada. Los glóbulos blancos se eliminan por completo a través de un proceso llamado leucodepleción.
El primer signo de que una transfusión ha salido mal es un sentido de “fatalidad inminente”. Este es un síntoma legítimo y los médicos que trabajan en transfusiones saben que deben estar alertas. Otros signos son una fiebre como de gripe, un escalofrío y ardor donde se recibió la transfusión.
Si una persona tiene suerte, escalofríos y una fuerte fiebre será lo único que sentirá. Su sistema inmunológico descompone los glóbulos rojos externos, pero antes, los macrófagos en el sistema inmunológico se los tragan. Esto significa que las células rojas se filtran de los vasos sanguíneos y se excretan con otros materiales de desecho.
El problema ocurre cuando el sistema inmunológico no espera a que los glóbulos extraños no estén en los vasos sanguíneos para dividirlos. La división de estas células, llamada hemólisis, derrama su contenido en los vasos sanguíneos. La hemoglobina se derrama en el plasma de la sangre y se excreta en la orina, haciendo que esta sea de un color marrón oscuro. Los glóbulos rojos contienen bilirrubina, un componente de la bilis. Esto le da al excremento su color marrón. Cuando los glóbulos rojos se dividen estando en el torrente sanguíneo, la bilirrubina hace que todo el cuerpo de una persona se vuelva de color amarillo.
Estos dos síntomas pueden ser manejados, pero son señales de una situación muy peligrosa. Los restos de los glóbulos rojos pasando por los vasos sanguíneos pueden desencadenar cualquier número de reacciones en cadena. Plaquetas derramadas de los glóbulos pueden desencadenar una cascada de coagulación incontrolable haciendo que la sangre se coagule en las venas. Esta reacción puede ser mortal.
Las transfusiones con sangre incorrecta son muy poco comunes hoy en día, ya que los hospitales son muy cuidadosos, pero pueden ocurrir.