La evidencia sugiere que los animales disfrutan cuando los acaricias. De acuerdo a un estudio de 2013, existe un tipo de célula sensorial en la piel de los ratones que responde a ser acariciado.
Esto es lo que escribe Jamie Flook en la publicación virtual Boingboing.
Pero ¿cuál es el placer que nace de acariciar algo? Ya sabemos que tocar varios materiales se siente bien, como la seda, el terciopelo y la lana.
La personalidad juega una parte crítica sobre cómo una persona puede responder al tocar algo. La experiencia táctil también está involucrada. Aparte de eso, como una persona toca los materiales también es importante. La experiencia previa es indispensable cuando se trata de cómo se percibe algo táctil.
Pero ¿qué pasa si el material que se toca no es suave? Uno de esos materiales que gusta, es el plástico con burbujas de estallar. Muchas personas sienten satisfacción al estallar las burbujas de plástico. De acuerdo a la Dr. Tiffany Field esta actividad involucra la estimulación de los receptores de presión debajo de la piel, lo cual lleva a un estado de relajación, es decir, un ritmo cardíaco más lento y una disminución en hormonas del estrés.
Pero ¿por qué hemos evolucionado para disfrutar estallar burbujas, acariciar a gatos,perros y terciopelo, entre otras cosas?
“En nuestra cultura de no tocar, encontramos que las experiencias táctiles sustituyen al toque de humano-con-humano,” dice Field.