Jason Lengstorf, escribiendo en Medium, descubre como tus cualidades más valiosas estan siendo abusadas en tu trabajo. Como tus fortalezas se convierten en malos hábitos que te pueden matar, si no te cuidas.
Empieza con el trabajo con el que siempre has soñado. Al principio, te encanta trabajar, es un reto y todo pasa rápidamente.
Llevas tu trabajo a la casa y te encargas de la parte creativa durante los fines de semana. Nunca se siente como si estuvieras trabajando demasiado porque nunca se siente como trabajo.
Trabajas mucho más de 40 horas a la semana, pero nadie está contando. Después de todo, esto es divertido.
Pero las semanas se convierten en meses y terminas trabajando 60 horas por semana, a veces más. El trabajo sigue siendo divertido, pero ya no sientes la misma pasión por él. Pasan días en los que no sabes que ha pasado, no tienes mucho trabajo que mostrar en ellos.
Tus metas fuera del trabajo estén en pausa. Quieres saber si los belgas si tienen de que ser engreídos cuando se trata de waffles, pero no tienes tiempo para un viaje. Sabes que debes empezar a hacer ejercicio, pero algo siempre ocurre y nunca vas al gimnasio.
No eres infeliz, pero algo está mal. Siempre has pensado que habrá más…
Te han absorbido
Ahora, no eres un miembro de la sociedad libre. Eres parte del culto del exceso.
El culto del exceso es la mentira cultural en la que trabajar 60 + horas a la semana, a costas del resto de tu vida, no es solo parte necesaria del éxito, sino que también es honorable.
El culto del exceso usa como máscara las cosas que nos gustan sobre nosotros mismos: la dedicación, la ambicion y la responsabilidad. Nos dice trabaja más, quédate hasta tarde, dormirás cuando estés muerto. Nos dice que nunca vamos a avanzar si no somos el primero en llegar y el último en salir de la oficina.
El culto del exceso nos convence, hábil y perversamente, a colgarnos con nuestras propias habilidades.