Lo que hace a una persona deja de estar allí cuando una persona muere. No hay ninguna razón lógica por la que debemos cuidar a un contenedor vacío. Si debes embalsamarla, cremarla, etc. Esto reporta Julie Beck en The Atlantic, escribiendo sobre el nuevo libro de Thomas Lauquer.
Las personas han cuidado de los cadáveres por miles de años. En la Edad Media, los habitantes de un pueblo tenían el derecho legal a ser enterrados en el jardín de la iglesia, y si eran ricos, en la iglesia.
Pero este sistema se volvió casi inmanejable. Estas cementerios estaban sobrecargados de personas y producían un olor, pero eso no era nuevo. El hecho de que los cementerios en sí se volvieran el sitio donde enterramos a los muertos fue tanto parte de la revolución industrial como de un cambio de perspectiva cultural.
En vez de comemorar a la comunidad como solía ser con sus muertos en ella, como lo hacían las iglesias, en los cementerios el objetivo era recordar a individuos. Este nuevo sistema permitía que las familias fuera enterradas juntas.