La hipersensibilidad electromagnética no es una condición que la mayoría de médicos reconoce como real. Los medios de comunicación piensan que los síntomas son reales pero la condición es psicológica en vez de fisiológica, reporta Alexa Tsoulis-Reay en Science of Us.
Mientras que la condición es reconocida por la Organización Mundial de la Salud, el grupo dice que sus síntomas asociados no son parte de un solo síndrome reconocible. Pero aquellos que sufren de la condición no están de acuerdo.
Refugiados con este problema van a ciudades como Green Bank, West Virginia en la que la mayoría de formas de radiación electromagnética están prohibidas.
Dafna Tachover, una abogada que vive en Jerusalén y Nueva York, le dio una entrevista a la revista sobre lo que ella vive siendo electrosensible.
Ella puede usar toda la tecnología que no sea inalámbrica. Puede usar un computador e internet conectado, pero no un telefono inalámbrico. Usa una pantalla sobre su monitor para reducir el campo eléctrico.
Cuando Tachover compró su portátil en 2009, algo se sintió mal. La parte izquierda de la alfombrilla del ratón estaba vibrado y sus dedos hormigueaban. Ella sabía que había un problema técnico – tal vez demasiada electricidad estática. Lo cambió y la tienda confirmo que era defectuoso.
Pero cuando prendió el nuevo ordenador sintió opresión en su corazón. Sintió calor pero se sintió mejor cuando se retiró del computador. Encontró otro modelo y luego todo se volvió raro. Su corazón saltaba, tenía náuseas Todos sus síntomas empezaban cuando estaba cerca del computador.
Pero aún así, la abogada no sabía que el ordenador lo estaba causando. Al hacer una búsqueda por internet, vio que muchos se quejaban. Su ex-esposo, quien es médico, habló con un colega que le recomendó que Tachover debería darse un descanso del computador, debido a que los nuevos aparatos emiten altos niveles de químicos.
Tachover decidió visitar a su cardiólogo, trayendo la computadora con ella. La cardiologa no pudo encontrar ningún problema con su corazón, lo cual no la sorprendió debido al hecho de que no estaba usando el Wi-Fi en la computadora.
Pero sus síntomas continuaron. En su apartamento, sentía dolor en un lado de su cabeza. Cuando se desplazaba al otro lado, paraba. Contactó a un neurólogo y el dijo que nunca había escuchado sobre nada de esto. El problema la estaba afectando tanto que Tachover no podía ir a ninguna parte y no podía dormir. Tachover decidió volver a Israel, pero el problema empeoró.
Alguien le dijo que nadie puede usar señales inalámbricas en Green Bank, West Virginia. Tachover se mudó a este sitio, y por primera vez en mucho tiempo no sentía dolor en su cabeza.
Tachover estaba sufriendo. Se separó de su marido, debido a que tenía que dormir en su automóvil. Después de unos meses, trató de encontrar un sitio para vivir. No podía tener un refrigerador, un lavavajillas, un microondas o una lavadora. Solo podía tolerar una estufa de gas.
Tachover terminó trasladándose a Israel permanentemente. Israel es un país muy tecnológico, con torres inalámbricas y Wi-Fi abierto en las calles. Tachover no puede dejar su casa y salir a la calle.
Ella manifiesta que “toma mucha energía no deprimirse por esto. La gente comenta que las personas que dicen que son electrosensibles están locas. ¿Cómo puedo vivir en un mundo inalámbrico si me hace sentir tan mal?”