A través del Observatorio Espacial Kepler, la NASA ha recopilado información en los últimos años y asegura que en la Vía Láctea existen más de 1.000 millones de planetas similares a la Tierra, que podrían desarrollarse con las mismas características para la vida humana.
Los científicos creen que existen miles de planetas similares a la Tierra con superficies rocosas y tamaños parecidos, lo que propulsó millones de comentarios de expertos, aficionados y autoridades sobre las probabilidades de desarrollo de vida humana y alienígena.
Desde 2009, el Observatorio Espacial Kepler ha estudiado una parte del panorama estelar y ha llegado a interesantes conclusiones al analizar la información y los detalles de casi 5.000 planetas. Aunque todavía faltan por recabar muchos datos y se requeriría de nuevos desarrollos de tecnología para precisar muchos detalles, los científicos son optimistas sobre lo encontrado pensando al futuro.
“Una cosa es conocer que ciertos planetas están en una zona habitable… y otra cosa es determinar cuántos de esos planetas son mundos vivientes“, señaló Natalie Batalha, jefa del proyecto Kepler.
La investigación de la NASA ha encontrado que al menos 14.000 millones de las 100.000 millones estrellas tienen planetas que podrían dar vida a diferentes especies, aunque muchos de esos planetas no presentan grandes similitudes con la Tierra. Eso sí, la mayoría orbita en la zona Goldilocks, que tiene las condiciones necesarias para la formación de agua.
Kepler-452b, el más parecido a la Tierra
Según los datos recopilados por los científicos de la NASA, fuera del sistema solar existen miles de planetas similares a la Tierra y entre los más cercanos en características y condiciones, el más parecido encontrado hasta ahora es el conocido como “Kempler-452b”.
Este planeta se encuentra a 1.400 años luz de distancia con respecto a la Tierra, por lo que con la tecnología actual todavía está demasiado lejos como para ser analizado al detalle, si bien se conocen algunas características y especificaciones generales.
Entre la información preliminar sobre Kempler-452b, se sabe que tiene un diámetro 60% mayor al de la Tierra y una masa cinco veces mayor, con años de 385 días, una atmósfera un poco más gruesa y el doble de fuerza gravitacional.