Si desea celebrar la Navidad y se encuentra en Brunei, preste atención porque Papá Noel, el árbol de Navidad, los villancicos o las lucecitas intermitentes no sólo están prohibidos sino condenados a multa de 20.000 euros y en determinados casos con hasta 5 años de cárcel.
Así es, el riquísimo sultanato de Brunei -que hoy es ya la cuarta renta per cápita más alta del mundo debido a sus inacabables fondos de petróleo- gobernada por su monarca absoluto el sultán Muda Hassanal Bolkiah, ha impuesto a la población que celebren la Navidad en privado.
Ello tras su decisión de imponer la sharia (ley islámica) en la costa norte de Borneo porque según exclamó el sultán en una oración en la mezquita “El uso de símbolos religiosos que no estén relacionados con el islam puede conducir a la imitación y dañar la fe de los musulmanes”
Sin embargo, la población de Brunei no se encuentra de acuerdo pues tradicionalmente ha sido un país caracterizado por la riqueza y convivencia de diferentes religiones en tolerancia. De hecho de los 420.000 habitantes del país, el 65% son malayos-musulmanes mientras que el resto se compone de budistas, hindúes y también cristianos (en torno al 9%).
No obstante, en un país donde se contemplan toda clase de castigos por “comportamientos indecorosos”, incluidos latigazos públicos o lapidaciones por conducta homosexual o adulterio, es de recomendar a los renos de Papá Noel que no hagan parada en el sultanato de Brunei.