¿Tiene algo que ver la inteligencia básica con la decisión de dónde vivir?
De acuerdo al nuevo estudio del psicólogo Markus Jokela, dice Eric Jaffe en Citylab, las habilidades cognitivas explican algunas decisiones acerca de dónde moverse, aún cuando se tenga en cuenta factores socioeconómicos como los ingresos.
Entonces, ¿eso qué significa?
Significa que a la gente inteligente no le gusta quedarse quieta.
Jokela estudió a un grupo de Americanos desde 1979 y les siguió el rastro a través del tiempo. Esas personas estaban entre los 15 y 23 años de edad al iniciar el estudio. Fueron entrevistados nuevamente al menos una vez en 1996. Los participantes vivían en diferentes clases de lugares: rural, suburbano, urbano y grandes ciudades.
Estos fueron los principales hallazgos:
- La gente que se mudó de áreas rurales a grandes ciudades tenía más altos puntajes de inteligencia. Aquellos que vivían en áreas rurales y permanecían allí tenían menos habilidades cognitivas en general.
- La gente que vivía en áreas suburbanas y se mudaba a áreas más urbanas generalmente mostraba habilidades cognitivas superiores a aquellos que se quedaban en áreas suburbanas.
- Se encontraron niveles de inteligencia más altos en el grupo de gente que creció en áreas rurales y terminó viviendo en ciudades.
- Las personas que vivían en la ciudad y permanecían en ella tenían habilidades superiores a aquellos que se mudaban fuera de la ciudad, pero cuando se hizo un ajuste al estudio con respecto a los ingresos, aquellos que dejaron la ciudad en realidad parecían ser levemente más inteligentes que los que se quedaron.
Tiene sentido que la gente joven e inteligente migre a la ciudad para educarse y buscar un mejor trabajo y que la gente educada y con familias estables se mude a los suburbios. Sin embargo, aún no hay ninguna explicación con respecto a aquellos que migran de las ciudades a áreas rurales.
El análisis de Jokela puede establecer una conexión entre la inteligencia y la migración, pero no explica cuál es la causa. También es importante señalar que el estudio finalizó en 1996 y los patrones de migración pueden haber cambiado desde entonces.