Si has tenido un mal jefe, tienes un montón de frases en tu memoria que solidifican lo que hizo que trabajar para este gerente era tan terrible. Esto es lo que escribe Bernard Marr en LinkedIn.
Estas son las 10 frases que cualquier gerente debe evitar usar.
- “Tiene suerte de tener un trabajo”

Puede que sea cierto pero es una amenaza vacía. Aunque el empleado sea suertudo de tener un trabajo, el gerente tiene suerte de tener al empleado indicado para él. Si el empleado no esta funcionando, es hora de hablar con el. No de hacer comentarios como este.
- “Es el trabajo. No se supone que sea divertido”

No todo el trabajo tiene que ser aburrido. La gente puede sentirse apasionada por lo que hace, sea lo que sea. En vez de descartar la queja, es hora de preguntarte si las personas no se estan sintiendo motivadas en el trabajo y que puedes hacer para que se sientan más orgullosas por su desempeño.
- “No le pago para pensar”

Nunca debes detener a la personas de pensar e innovar. Aun las personas con los trabajos más pequeños tienen ideas para mejorar el proceso. Es importante respetar y escucharlos a todos – desde el director ejecutivo hasta la empleada y el conserje.
- “Yo no soy quien hace las reglas”

Esto puedo ser cierto, pero socava tu autoridad y te hace parecer como un muñeco de la junta ejecutiva. Hay diferentes formas para responder a un problema o queja. Puedes mandarla a tu jefe tu mismo o darle los pasos al empleado para que se pueda quejar con la persona indicada.
- “Su trabajo es lo que yo diga que es”

Al lado con “esta es su nueva prioridad”. Estas dos frases no toman en cuenta las prioridades del empleado. Usarlas en un momento de crisis propia es irrespetuoso y da la impresión de que no sabes hacer tu trabajo. En vez de solo decir eso, una pequeña explicación de lo que necesitas, así como una descripción de como la oficina se va a ocupar de sus prioridades, es ideal.
- “Así es como siempre hemos hecho las cosas”

Esto significa que no te gusta el cambio. Y el cambio da miedo, pero el cambio también denota progreso. Examina tus reservas al mismo tiempo que la validez de una propuesta.
- “Lo tomare bajo consideración”

Esto significa “no me importa lo que diga y seguiré haciendo lo que estoy haciendo como si no hubiese expresado una opinión”. En vez de decirle eso a tus empleados y darle falsas esperanzas de que los has escuchado, trata de escucharlos de verdad. Puedes decir algo como “Muchas gracias [por llamarme la atención sobre esto]. Tengo mucho en que pensar”.
- “Me llegó una queja anónima…”

Las quejas anónimas son la chispa que puede incendiar al resentimiento dentro de la oficina. Si hubo una queja anónima, seguramente fue por algún motivo. Trata de no mencionar que hubo una queja y pon la responsabilidad en ti mismo, diciendo algo como “he notado” o “me he dado cuenta de que” para no crear un chivo expiatorio.
- “Simplemente resuélvalo”

Este tipo de gerencia no es solo perezosa, es cruel. Si es verdad que el empleado debe resolverlo solas, dale algún tipo de guía o recursos para que pueda hacerlo.
- “Eso suena como un problema personal”

Los problemas personales se vuelven problemas profesionales cuando empiezan a afectar el desempeño en el trabajo. Si alguien está llegando tarde o no le está yendo bien por un problema en casa, ese problema se ha vuelto tu problema. Un buen gerente podrá hablar con el empleado para tratar de resolver el problema, en vez de dejar que lo maneje solo.