Las amarguras y las dulzuras del corazón son sensaciones que cada uno de nosotros podría describir simbólicamente de diferentes maneras. Son formas de expresar momentos extremos de nuestras vidas; cuando nos enamoramos, cuando se nos muere un ser querido, cuando nuestro equipo de fútbol pierde o cuando obtenemos el beso deseado, sólo por mencionar algunas; pero ¿en realidad el corazón podrá saborear literalmente hablando?
Un grupo de científicos de la Universidad de Queensland (norte de Australia), ha hecho un descubrimiento que ha dejado a muchos perplejos: en los tejidos del corazón pueden haber papilas gustativas similares a las que tenemos en la boca y la nariz.
La amargura
Al introducir una sustancia con sabor amargo la función contráctil del corazón se suprimía casi completamente. Con el experimento se encontraron aproximadamente doce receptores de sabor, como lo informó “Daily Mail”.
También se destaca en esta investigación que en el órgano vital humano se encuentra el 50% de todas las papilas gustativas amargas conocidas, que son 25 en total.
La amargura que será dulzura
Nuestro corazón late unas 100.000 veces cada día, a un ritmo particular cada tanto. Sin duda, el órgano que demuestra que estamos vivos, por eso es que cada día se piensa en nuevas técnicas para los tratamientos de enfermedades cardíacas.
Ahora el grupo de científicos investigará por qué y para qué un medio de receptores “amargos” se encuentran situados en el corazón; esto podría llevar a encontrar nuevas soluciones para problemas cardíacos, que le daría dulzura a la vida de millones que padecen algún problema en el órgano que desearíamos nunca parara de latir.