¿Alguna vez le has dicho los detalles íntimos de tu vida a un extraño en un avión? ¿Alguna vez te has preguntado porque le das tanta información a personas que no conoces? Estas son tres sorprendentes razones psicológicas, de acuerdo a Ronald E Riggio PhD en Psychology Today.
1. Los falsos indicadores de intimidad

Bajo ciertas circunstancias – al compartir un taxi o estar atrapado en un ascensor – podemos experimentar una sensación de intimidad debido a la proximidad. Tenemos un espacio personal y típicamente solo dejamos que la gente íntima lo invada.
Cuando estamos hacinados con un extraño, se experimenta una falsa sensación de intimidad. Esto nos hace bajar la guardia y nos encontramos revelando información personal que, en otra situación, sólo le contariamos a nuestros amigos más íntimos.
También puede ocurrir cuando nos peinan o nos someten a un masaje físico. Generalmente, las únicas personas que nos tocan son personas cercanas.
2. La norma de reciprocidad

A menudo nos encontramos en un ciclo, divulgando nuestra información personal y un extraño dando detalles íntimos de su vida por su cuenta. Continuamos contando secretos adicionales y antes de que lo sepas, ¡has contado demasiado! Cuando alguien hace algo por nosotros, incluyendo darnos información, eso nos hace sentir obligados a darles algo. Esta norma se reciprocidad suele ser cíclica y los dos sujetos se sienten más obligados a presentar información íntima.
3. El favor a la similitud

Cuando conocemos a alguien que se nos parece en su apariencia, gustos y disgustos, tendemos a sentirnos cómodos y confiar en este individuo. Empezamos a asumir que hay una conexión y esto nos puede llevar a revelar información personal.
Esto frecuentemente ocurre cuando estamos en un país extranjero.
¿Cómo nos podemos proteger de darle demasiada información a los extraños?
Primero, debes recordar que las invasiones a tu espacio personal pueden causar un falso sentido de intimidad.
Segundo, debes tener en cuenta que un profesional que te toca es un profesional que está haciendo su trabajo.
Finalmente, si alguien empieza a darte información personal, recuerda que no tienes que responder con tu información. Escúchalo y asiente o termina la conversación.