Como las personas con más educación se van muy a menudo a vivir a las ciudades y como más y más mujeres continúan estudios superiores, el desequilibrio entre hombres y mujeres alcanza un nivel extremo, particularmente en las ciudades universitarias.
Holanda urbaniza y feminiza, según un estudio llevado por el periodista Syp Wynia en la revista semanal Elsevier. Calculó que en Ámsterdam, Nimega, Leyde, Maastricht y Utrecht, habría un excedente de mujeres en la categoría de los jóvenes entre 20 y 25 años. Utrecht y Nimega están encabezando la clasificación con 138 mujeres por 100 hombres.
Ámsterdam es un caso particular. Ahí, la diferencia entre hombres y mujeres está difuminada por la presencia de la población alóctona. Sin contar estos 35%, la diferencia entre autóctonos sería de 145 mujeres por 100 hombres de menos de 20 años. Además, estas mujeres se aglomeran, escribe Wynia. Lo que hace que el distrito Oeste – cerca del centro de la ciudad – está poblado por 192 mujeres en la veintena por tan sólo 100 compañeros masculinos.
No se trata de un fenómeno nacional, porque en los linderos del país, habría justamente escasez de mujeres jóvenes. Esto ocurre en zonas donde los hombres encuentran fácilmente un trabajo, pero las mujeres dejan para irse a estudiar a la ciudad. Wynia cita como ejemplo Flandes zelandesa. Ahí, los hombres encuentran fácilmente un empleo en la industria química o en el puerto, pero cuando las mujeres quieren estudiar tienen que irse de la región. Consecuencia: por 100 hombres, censaron solamente 85 a 91 mujeres entre 18 y 29 años.