De acuerdo al autor de Barking Up The Wrong Tree, lo único que tienes que hacer es servir vino barato en botellas caras. Las personas no se dan cuenta de la diferencia.
Investigadores cientificos del Instituto de Tecnología de California recientemente le pidieron a 20 voluntarios que tomaran y evaluaran cinco muestras de vinos etiquetadas con los precios $ 5, $ 10, $ 35, $ 45 y $ 90 por botella.
Los voluntarios bebían vino pero ninguno era un experto. Y después de probarlos, respondieron que el vino caro era mejor.
Pero los investigadores cambiaron las etiquetas. El vino de $ 90 apareció en la botella de $ 90 una vez y en la botella de $ 10 una vez. El vino de $ 45 apareció en la botella de $ 45 y en la de $ 5.
Los catadores nunca lo notaron, pero sin importar cuál vino estaba en la botella, los participantes preferían la que estaba etiquetada como más cara. Escáneres cerebrales mostraron que la corteza orbitofrontal medial, el área cerebral que responde a experiencias placenteras, tenía más actividad. Los que pensaban que estaban tomando vino menos caro experimentaban menos placer.
Esto no era solo el hecho con el vino. En otro experimento, participantes calificaron el dolor en dos momentos diferentes cuando se aplicaban descargas eléctricas a sus muñecas. Lo calificaban una vez después de tomar una pastilla para el dolor. La mitad de los participantes pensaron que estaban tomando una nueva prescripción que costaba $ 2.50 por dosis, mientras que la otra mitad pensaba que costaba solo 10 centavos por dosis. Se usaron placebos en los dos grupos. Como resultado, el 85 % de personas que recibieron las tabletas más caras reportaron no sentir tanto dolor, mientras que ese sólo fue el caso para el 61 % de participantes que tomaron las tabletas baratas.