Roberta Matuson escribe para Fast Company sobre una competición en la que participó. Aunque al principio su equipo estaba ganando, el equipo callado y diligente fue el triunfador. Esto se refleja en los negocios: las personas que producen más no son las que hablan más.
¿Por qué?
Ser silencioso hace que enfocarse sea más fácil.
Cuando una persona está haciendo demasiado ruido, incluyendo uno mismo, es difícil concentrarse.
Ser silencioso hace que la gente que te rodea se calme.
Las personas tranquilas y calladas hacen que la gente a su alrededor también se calme. Especialmente en tiempos difíciles, son ellas las que hacen que todo salga bien porque siguen trabajando.
Ser silencioso significa que alguien tiene confianza en sí mismo, ya que no le tiene que probar nada a nadie.

Ser silencioso significa que las personas piensan antes de hablar.
No siempre dicen lo que están pensando, y por lo tanto, nunca gastan tu tiempo.
Ser silencioso les da tiempo para reflexionar.
Las personas calladas comparan ideas y piensan en problemas por un rato largo antes de seguir a lo siguiente.