Los casados pueden casarse una segunda vez, pero de otra manera. No firman votos matrimoniales pero sí un contrato de co-fundador con su ‘romántico’ compañero. Entonces, cuando un matrimonio se compromete para algo tan importante como llevar un negocio, ¿Por qué no establecer unas normas?
El matrimonio y socios Danna y Rick Atherton imaginaron esto cuando decidieron crear 12 franquicias Chico en Minnesota. Ellos decidieron imponer un “código de conducta”; He aquí sus normas:
- Nada de nombres cariñosos: Olvídense del papá, mamá o cariño; para ayudar a mantener la línea de profesionalidad y crear un ambiente cómodo y confortable se deben olvidar las relaciones personales.
- Nada de peleas en público: “Ver a los jefes pelear es como ver a tus padres pelear”
- No indirectas: Enfrentar a tu compañero directamente ante cualquier queja en lugar de acudir a otro miembro de la compañía “No poner a ningún empleado en contra del otro”
- No meterse donde no le llaman: Cada personal tiene sus propio rol, responsabilidades y expectativas: “Cada uno tiene diferentes cualidades que aportar a la compañía”
- En dudas, el matrimonio primero: Cuando se está en riesgo de poner el peligro el matrimonio por problemas laborales es tiempo para una pausa profesional. “Estamos de acuerdo en que nunca estropearíamos nuestro matrimonio y si esto sucediera, venderíamos el negocio”