El éxito y la felicidad se basan en una paradoja: quien quiera avanzar debe aprender constantemente, pero debe aceptar sus limitaciones.
1. Quien quiera crecer y aprender debe afrontar y aceptar sus debilidades
Empiece por evaluar sus puntos fuertes primero. Luego considere qué debilidades podrían resultar de esto. Por ejemplo, alguien que es muy apasionado y motivado también tiene más probabilidades de ser agresivo.
2. Experimentamos satisfacción a largo plazo cuando podemos contribuir a algo más grande que nosotros
Cuando satisfacemos nuestros deseos, experimentamos satisfacción y felicidad. Sin embargo, ese sentimiento pronto se desvanece. Experimentamos satisfacción a largo plazo cuando podemos contribuir a algo más grande que nosotros mismos. Quien hace algo por los demás, aprovecha una fuente inagotable de energía.
3. Aquellos que no pueden cuidarse a sí mismos no deben tratar de cuidar a los demás
Sin embargo, no debemos ignorarnos a nosotros mismos ni sacrificarnos por los demás. Primero tenemos que asegurarnos de que se satisfagan nuestras necesidades básicas, solo entonces nos sentimos libres y podemos significar algo para los demás. Porque aquellos que no pueden cuidarse a sí mismos no pueden significar nada para los demás.
4. La atención indivisa es la condición sine qua non del éxito
Vivimos en un mundo en el que constantemente tenemos que tratar de cumplir con diferentes requisitos. Pero la atención indivisa es la condición sine qua non del éxito. Dado que los humanos no somos máquinas y no tenemos un botón de encendido / apagado, 90 minutos parece ser el límite de tiempo en el que se puede hacer algo con una concentración óptima. Relajarse después de haber realizado un esfuerzo brinda la oportunidad de recargar baterías y procesar los conocimientos adquiridos. Por cierto, la mayoría de las ideas creativas surgen durante los momentos de relajación.
5. No el tiempo que dedicamos a algo, sino la energía que le dedicamos determina su calidad
No la cantidad de horas que dedicamos a nuestro trabajo, sino la energía que ponemos en él determina su calidad. Los mejores atletas, músicos, escritores y jugadores de ajedrez del mundo trabajan de esa manera. Nunca hacen ejercicio más de 4 horas y media al día. También duermen más que nosotros y tienen más períodos de descanso.
6. El número mágico para lograr una verdadera experiencia: 10,000 horas
Según los científicos también existe un número mágico que permite alcanzar la verdadera experiencia: 10.000 horas. El neurocientífico Daniel Levitin confirma este número: “Estudio tras estudio, ya sean compositores, jugadores de baloncesto, autores, ajedrecistas o maestros ladrones, esta cifra sigue apareciendo. 10,000 horas es el equivalente a 3 horas al día, siete días a la semana, durante 10 años. Nadie ha encontrado ni una sola vez un ejemplo de alguien que haya alcanzado la cima absoluta del mundo en menos tiempo “.