No todas las reuniones tienen que ser reuniones, escribe Eric Ravenscraft en Lifehacker. Algunas podrían ser correos electrónicos o hasta un mensaje. Antes de organizar o ir a una reunión, pregúntate estas cuatro cosas para ver si vale la pena usar tu tiempo.
Aunque las reuniones se sientan productivas porque las personas están en el mismo cuarto hablando sobre proyectos, las reuniones te pueden impedir hacer algo.
- ¿He pensado en esta situación?
- ¿Necesito una opinión externa para tomar una decisión?
- ¿Es necesaria una conversación en tiempo real para seguir adelante?
- ¿Se necesita una reunión cara-a-cara?
Si tu respuesta a cualquiera de estas cosas es ‘no’, probablemente necesitas tomar una acción diferente. Si no has pensado en la situación, date tiempo para hacerlo. Si no necesitas comunicación inmediata, usa un correo electrónico.
Las reuniones son útiles cuando son necesarias, pero si vas a gastar una hora hablando de cosas que podrías responder tu mismo o con un mensaje instantáneo, estás siendo menos productivo.
No todas las reuniones son tu decisión. Si tu jefe ha programado una reunión y no estás seguro si es importante, pregunta si hay una forma alternativa para dar tu opinión. Puedes encontrar que a tu jefe le da igual recibir un correo con tu perspectiva como tenerte en una habitación sentado por una hora.