Los trabajadores de oficina conocen el escenario: en cuanto comienza el tráfico diario de correos electrónicos relacionados con el trabajo, la concentración desaparece. Cada correo electrónico sin contestar provoca nerviosismo, lo que a su vez merma la productividad. En “Un mundo sin correo electrónico“, el publicista Cal Newport formula soluciones para este problema.
Newport, profesor de informática en la Universidad de Georgetown, afirma sin ambages que el correo electrónico nos hace sentirnos miserables. Ofrece una explicación psicológica evolutiva para ello y ofrece, entre otras cosas, en entrevistas con The Wall Street Journal y Financial Times, varios consejos y reflexiones interesantes.
Alianzas estratégicas
Nuestro cerebro evolucionó para la interacción social en grupos pequeños”, dice Newport. La acción y la reacción, el toma y daca fue siempre la regla. En los siglos en que la escasez de alimentos era habitual, la gente tenía que formar alianzas estratégicas con los miembros de la tribu para asegurarse el pan en la mesa. Ignorar a un miembro de la tribu que vio perspectivas de nutrición que nadie más vio fue literalmente mortal. Los correos electrónicos sin respuesta son el equivalente psicológico de eso en los tiempos modernos”.
La ansiedad (no hay un término holandés equivalente) es el resultado. Esto lleva a que la mitad de los usuarios revisen el correo electrónico y los sistemas de mensajería instantánea como Slack cada seis minutos (según un estudio de 2018).
Solución a las molestias
Tal vez “Un mundo con menos correo electrónico” sería un mejor título para el libro de Newport. Las plataformas que recomienda utilizar (Trello, por ejemplo) también se reducen a mecanismos de tráfico de correo electrónico.
Sin embargo, para un mundo con menos correo electrónico hace tres interesantes recomendaciones:
- Programas como Calendly eliminan el tráfico innecesario de correos electrónicos sobre la planificación de una reunión;
- El uso de direcciones de correo electrónico no personales para determinados temas, equipos o proyectos elimina la expectativa de que una persona concreta responda inmediatamente;
- Exigirte que escribas correos electrónicos cortos te hace más selectivo. Si el asunto no puede resumirse de forma sucinta, una llamada telefónica puede ser la mejor opción.
Trabajo intensivo frente a trabajo interactivo
Además, Newport identifica una interesante dicotomía: trabajo intensivo frente a trabajo interactivo.
Sugiere que dividamos nuestro tiempo según estos dos modelos. “Una hora dedicada exclusivamente a un proyecto difícil, seguida de una hora dedicada exclusivamente al trabajo administrativo. Esto producirá un mayor rendimiento total que si, por el contrario, se combinan estos esfuerzos en dos horas de atención fragmentada”.
Así que un mundo con tiempo para el correo electrónico y tiempo para el trabajo.