El sábado en Barcelona parecía que volvían los tiempos pre-corona. Esa noche se celebró un concierto de rock repleto en la sala de conciertos del Palau Sant Jordi. Tras una proyección con pruebas rápidas de Covid, al menos 5.000 personas pudieron asistir a las fiestas.
El sábado, 5.000 españoles pudieron fingir que la pandemia había terminado durante un concierto de rock en Barcelona. Sólo las máscaras bucales de la multitud delataban que aún no nos hemos librado del todo del virus. Fue el primer gran evento musical comercial en Europa que se celebró desde los cierres de 2020.
Para asistir al concierto, los asistentes tuvieron que realizar una prueba rápida de Covid que da un resultado el mismo día. Por ello, el concierto fue en realidad una buena prueba para ver cómo los eventos pueden seguir siendo seguros en un futuro próximo. Tras recibir un resultado negativo, el único requisito era llevar una máscara bucal.
Escapar de la realidad
Pudimos escapar de la realidad por un tiempo”, dijo un visitante a Associated Press. Love of Lesbian, el grupo de rock que puso la música a la velada, también se emocionó: “Hacía más de un año y medio que no pisábamos un escenario juntos. Estábamos muy emocionados”.
Las personas que habían conseguido un billete pudieron realizar la prueba rápida del antígeno Covid en tres lugares diferentes de Barcelona el sábado por la mañana. Se les informaba de los resultados a través de una aplicación para teléfonos inteligentes, que desbloqueaba el billete tras un resultado negativo.
Sin embargo, se pidió a las personas con enfermedades cardíacas o graves que no abandonaran el programa. Las personas que habían estado recientemente en contacto con alguien infectado por el virus Covid-19 también eran más propensas a quedarse en casa.
Investigación para eventos de mayor envergadura
Las entradas para el concierto se agotaron por completo. El billete cuesta entre 23 y 28 euros. Ese coste incluía la prueba Covid y una máscara bucal.
Este fue un pequeño paso para trabajar hacia conciertos más grandes y otros eventos culturales”, dijo el virólogo español Boris Revollo. El equipo de Revollo analizará en los próximos días la tasa de contagio entre los 5.000 asistentes y la comparará con la población española para descubrir si las precauciones del concierto fueron suficientes.
Para muchos, al menos a nivel emocional, el concierto fue ya una victoria. Experimenté una sensación de libertad y pude volver a sentir el calor de otras personas en la multitud”, dijo un visitante que recibió una muestra de la normalidad del pasado.