Melissa Dahl, escribiendo para Science of Us, de New York Magazine, ha publicado una lista de las cosas que sabemos sobre el perdón.
- La literatura científica sobre el perdón se remonta, solamente a 1989. Algunos investigadores dicen que hemos vistos a más figuras públicas pedir perdón últimamente porque estamos más al tanto de la importancia de la reconciliación.
- Los gatos nunca perdonan. Los científicos han visto comportamiento conciliador en especies de animales diferentes. La única especie que no ha demostrado signos de conciliación, como comportamientos amistosos después de un enfrentamiento, son los gatos
- Los humanos son menos propensos a perdonar a figuras públicas que a sus seres queridos. Con el perdón personal, el resentimiento generalmente pesa más en nosotros y esto nos motiva a reconciliarnos.
- Es más difícil creer en las disculpas de una figura pública. Cuando tienes una historia con una persona que te ha herido, puedes juzgar qué tan sincera es. Con una celebridad o un político, no es tan claro.
- Ninguna ofensa es imperdonable. El psicólogo que empezó a estudiar el perdón, Robert Enright, dice que no sabe de alguna injusticia en el mundo que ni una persona haya perdonado.

La traición es algo diferente. Según un estudio en 2010, el tipo más común de ofensa sin delito es la traición, incluyendo aventuras, engaños, promesas incumplidas y secretos. Hay varios tipos de perdón. El perdon decisional es externo. Es cuando cambias como tratas a la gente que te ha herido aunque todavía sientas cosas negativas. El perdón emocional es un cambio interno sobre cómo te sientes por una persona. El resentimiento cambia a empatía y compasión. La primera variedad es mucho más común que la segunda.
Los niños aprenden rápidamente. En un estudio, niños de tan solo 2 y 3 años pedían disculpas al creer que habían roto algo de gran valor.
El rencor puede hacer que la gente pese más. Investigadores de la universidad de Erasmus hicieron que sujetos escribieran sobre una vez en la que habían perdonado o no. Luego, los hicieron saltar. Aquellas personas que habían pensado en quienes habían perdonado saltaron más alto. La diferencia fue entre 11.8 pulgadas en promedio y 8.5 pulgadas en promedio
Los extrovertidos necesitan perdón. Las personas con alta extraversión son más proactivas en buscar perdón que los introvertidos. También perdonan a los demás más rápidamente. Los introvertidos prefieren perdonarse a sí mismos y luego pedir perdón.
Cuando la gente recuerda un rencor, su presión arterial y ritmo cardíaco pueden aumentar. Esto puede estar vinculado con la salud cardiovascular.
El perdón puede ser contraproducente. Las parejas que se describen a sí mismas como más propensas a perdonar reportaron más agresión psicológica y física durante los primeros cuatro años de matrimonio. Los expertos creen que, en algunos casos, el perdón pueden hacer que la gente que se comporta mal no cambie.

Las palabras ‘lo siento’ son importantes. Pedir perdón muchas veces eventualmente hará que te lo den – aun cuando no lo sientan.
El modelo perfecto del perdón es de 20 pasos. Estos se pueden resumir en 5. 1. Admitir que te han tratado injustamente. 2. Responder con furia 3. Trabajar para no ver a la persona que te ha agredido como definida por la ofensa 4. Entender que puede que el dolor nunca se disipe 5. Encontrar un significado a tu dolor, tal vez ayudando a otras personas
En general, las personas religiosas suelen perdonar más fácilmente que las no religiosas. Las personas que se consideran espirituales practican más el auto-perdon. Los Amish son muy clementes. Hace casi diez años, cuando hubo un tiroteo en una escuela Amish, la gente se sorprendió cuando la comunidad respondió con el perdón instantaneo. Los Amish aprenden, desde muy temprano, a practicar el perdón dentro de sus familias