Ningún periodista deportivo quiere perder la oportunidad de cubrir los Juegos Olímpicos (del 23 de julio al 8 de agosto) y los Juegos Paralímpicos (del 24 de agosto al 5 de septiembre). Pero este año, la libertad de prensa está siendo restringida hasta tal punto que cada vez son más los medios de comunicación que renuncian a enviar reporteros al lugar.
El gobierno japonés y el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio (Tocog) han impuesto una serie de restricciones casi insuperables.
Además de las pruebas diarias de Covid y saliva, las mediciones de la temperatura corporal… y las numerosas obligaciones administrativas, la libertad de movimiento será prácticamente inexistente: habrá que obtener un permiso por escrito para cada desplazamiento a un lugar de competición. Este proceso ni siquiera garantiza el acceso, ya que se ha reducido a la mitad el número de reporteros permitidos en las sedes de la competición.
Prohibición absoluta de circular por las calles
La semana pasada, además, llegó un memorando de 12 páginas del Tocog. Incluye la prohibición absoluta de caminar por las calles, excepto para un viaje diario a un supermercado pre designado limitado a 15 minutos. Los japoneses vigilarán estrechamente los desplazamientos de los periodistas, según el documento. “Si eres sospechoso de un delito, puedes ser fotografiado por los transeúntes y publicado en las redes sociales”. También hay una amplia gama de sanciones, hasta la revocación de la acreditación (que también sirve como visado) y multas.
La Asociación Internacional de Prensa Deportiva (AISP) calificó todo esto de “inaceptable” y subrayó que “los periodistas no son enemigos de Japón”.
Los intentos de obtener una relajación de estas restricciones no obtuvieron respuesta. La única concesión que han hecho las autoridades japonesas es abandonar el plan de rastrear a los reporteros mediante GPS, que ya causó un gran revuelo el mes pasado.
Los juegos del aburrimiento
Para los atletas, también serán los Juegos del aburrimiento. No podrán entrar en la villa olímpica hasta siete días antes de su competición y deberán abandonar Japón en las 48 horas siguientes a su participación. La eliminación temprana, además de la decepción, significa una última carrera: la de reservar un vuelo a casa.