En las futuras pandemias o en las interacciones sociales con personas lejanas, las nuevas tecnologías deberían permitir satisfacer la necesidad humana de contacto físico.
La mayoría de nosotros lo damos por sentado. Dar un abrazo a un buen amigo o familiar. Estar muy juntos en un concierto. O para chocar los cinco con los colegas. La pandemia de la corona nos ha hecho ver lo importante que es el contacto físico con otras personas para nuestro bienestar mental. A largo plazo, la falta de contacto puede provocar estrés y depresión. Pero en el caso de futuras pandemias o interacciones sociales con personas lejanas, las nuevas tecnologías deberían permitir satisfacer esta necesidad física.
Un nuevo proyecto de investigación respaldado por la UE y denominado TOUCHLESS pretende desarrollar una tecnología que permita sentir el tacto de las personas sin que estén físicamente juntas. La tecnología nos dará la experiencia de ser acariciados y abrazados, aunque no lo seamos. En otras palabras, un toque sin tocar, según la Universidad de Copenhague en un comunicado de prensa sobre el proyecto de investigación.
Haptics
El campo de la investigación se denomina háptica, que viene de la palabra griega haptesthai, “tocar”. En la háptica, los investigadores trabajan con las sensaciones táctiles, que se utilizan, entre otras cosas, en la realidad virtual.
“Lo que se siente son ondas ultrasónicas que el ordenador o el teléfono envían a la piel. A través de estas ondas ultrasónicas podemos crear experiencias táctiles bastante complejas”, explica Joanna Bergström, profesora adjunta del Departamento de Informática de la Universidad de Copenhague.
“Esta tecnología existe hoy en día sólo de forma limitada. Ya podemos crear el llamado “toque funcional”. Por ejemplo, puedes pulsar botones “en el aire” en lugar de un botón físico. Con el proyecto TOUCHLESS nos interesa desarrollar el tacto social. Al mismo tiempo, estamos explorando qué tipo de experiencias táctiles son posibles.
Fijación de límites
Joanna Bergström señala que será importante desarrollar una solución en la que los propios usuarios puedan decidir si quieren sentir el tacto o no. “Si se hace posible enviar caricias a través de una aplicación de citas, por supuesto que los usuarios deben ser capaces de definir sus límites. También estamos estudiando cómo hacer que el sistema lo sepa tanto cuando se toca como cuando se recibe.
Una vez que la tecnología esté plenamente desarrollada, revolucionará las interacciones sociales virtuales. Muchas personas llevan años colaborando digitalmente a través de las fronteras. O se han trasladado a un país distinto de su país de origen. Para estas personas, la tecnología táctil sin contacto creará la sensación de conexión en mayor medida que los programas de videochat que conocemos hoy en día.
“Pero también se puede pensar en otras aplicaciones en ámbitos digitalizados donde actualmente se pierden elementos de la experiencia física. Esto se aplica, por ejemplo, al comercio electrónico. Aquí la tecnología puede permitir al usuario sentir la calidad de las cosas que está considerando comprar”, dice Joanna Bergström.
Proyecto
El proyecto TOUCHLESS comenzó en enero de 2021 y tendrá una duración de cuatro años. El proyecto es una colaboración entre investigadores del University College London, la Universidad de Copenhague y la Universidad Pública de Navarra, además de las empresas tecnológicas Ultraleap, SoftServe y Crowdhelix.