Cada vez más extranjeros compran propiedades en Turquía. La caída del tipo de cambio de la lira turca abarata la compra de propiedades en el país para los amantes de la propiedad internacional.
Las cifras de la Oficina de Estadística turca muestran que la venta de viviendas turcas a extranjeros en noviembre aumentó casi un 50% hasta alcanzar un nivel récord. La causa de la creciente popularidad del sector inmobiliario turco es el colapso de la lira. Esto hace que sea mucho más barato para los extranjeros comprar bienes inmuebles en Turquía.
Noviembre ha sido un mes absolutamente superior para los vendedores de propiedades. En ese momento se vendieron nada menos que 7.363 casas a extranjeros. Es el nivel más alto desde 2013, el año en que Turquía empezó a registrar estos datos. El mayor número de compradores extranjeros fue, con diferencia, de ciudadanos iraníes, seguidos de iraquíes y rusos.
Protección contra la inflación
“La gente que ve la vivienda como un medio para protegerse de la inflación contribuyó al fuerte aumento de las ventas en noviembre”, dijo el director general Makbule Yonel Maya, de TSKB Real Estate Appraisal, y añadió que los préstamos baratos para la vivienda concedidos por los bancos estatales también fueron responsables de la fiebre inmobiliaria.
La lira había caído el lunes a un mínimo histórico. Por 1 dólar, había que pagar entonces 14,99 liras. A principios de este año, todavía eran 7,4 liras. Al nivel actual de 14,2, la lira es más de un 40% más débil que a principios de septiembre.
8.500 millones de dólares
Altan Elmas, presidente de Konutder, una asociación de constructores e inversores de viviendas, dijo que la entrada de divisas por la venta de viviendas entre enero y noviembre alcanzó los 8.500 millones de dólares, superando las previsiones.
“Podemos alcanzar los 10.000 millones de dólares a finales de año”, dijo. El mayor apoyo al nuevo programa económico en el próximo periodo vendrá de la venta de bienes inmuebles a extranjeros”, dijo.
El presidente Tayyip Erdogan apuesta por una agresiva reducción de los tipos de interés para apoyar su nuevo programa, que hace hincapié en las exportaciones y el crédito, a pesar del rápido aumento de la inflación y de las críticas a esta política por parte de economistas y figuras de la oposición.