El gobierno griego pide más presupuesto a la UE para ampliar su muro fronterizo con Turquía. Los griegos quieren aumentar aún más su seguridad fronteriza en 2022. El temor a un escenario similar al de la frontera polaca es generalizado entre los estados fronterizos europeos. El tabú de los muros en las fronteras exteriores de Europa parece estar desapareciendo.
La crisis de los refugiados entre Polonia y Bielorrusia está provocando que muchos Estados europeos fronterizos se aprieten el cinturón. Mientras Lituania y Polonia empiezan a amurallar sus fronteras exteriores, Grecia pide un presupuesto extra a la Unión Europea para ampliar su muro fronterizo con Turquía.
La migración como arma
El diputado griego Takis Theodorikakos, del partido gobernante Néa Dimokratía (Nueva Democracia), expresó su preocupación por el futuro uso de la migración como guerra híbrida. Se refiere a la táctica bielorrusa de transportar en avión un número masivo de refugiados a Minsk y luego escoltarlos hasta la frontera polaca, provocando así una crisis. Grecia cree que su vecino -y rival histórico- Turquía es capaz de lo mismo.
“Tenemos buenas razones para creer que tales amenazas volverán a producirse”, dijo Theodorikakos a una comisión parlamentaria. Para ello, tiene previsto solicitar un nuevo presupuesto para la ampliación del muro de 38 kilómetros que Grecia ha construido en su frontera con Turquía. “Creemos que la seguridad de nuestras fronteras es equivalente a la de toda la UE”, dijo.
Es probable que en el futuro nos encontremos más a menudo con el uso de la migración como arma. La Unión Europea aún se tambalea por el trauma de la crisis migratoria de 2015. Una gran afluencia de solicitantes de asilo es un factor de división absoluta en la sociedad. A día de hoy, el debate sobre la migración sigue generando encarnizados debates entre los Estados, y entre los grupos políticos dentro de los propios Estados. Por eso la migración es el medio ideal para que los descontentos desestabilicen las naciones.
La fortaleza de Europa
Las palabras ‘construir ese muro’ nos traen a la mente la era Trump en Estados Unidos. Pero la propia Europa ya no es reacia al concepto. Mientras que en el interior, gracias al espacio Schengen, hay libertad de circulación, kilómetros de vallas fronterizas, alambres de espino y muros de hormigón vigilados recorren las fronteras exteriores de Europa.
Desde la caída del Muro de Berlín, se han construido más de 1.000 kilómetros de nuevos muros fronterizos en Europa. Seis veces la longitud del infame Muro de Berlín. Por ejemplo, una cortina de hierro con alambre de espino separa a Marruecos de los exclaves españoles de Ceuta y Melilla. Y tras la crisis migratoria de 2015, Hungría comenzó a construir una valla fronteriza a lo largo de sus fronteras orientales.
Desde el final de la Guerra Fría, los países de la UE habrían pagado entre 900 y 1.000 millones de euros para construir muros fronterizos. La Unión Europea sigue esta tendencia y se concentra con mayor intensidad en la protección de las fronteras en la próxima legislatura. Para el periodo 2021-2027, la Comisión Europea triplica el presupuesto para la protección de las fronteras hasta casi 35.000 millones de euros.
El verano pasado, Grecia continuó la construcción de un muro metálico de 26 kilómetros de longitud, vigilado por cámaras de larga distancia, sensores e inteligencia artificial, en respuesta a la crisis de Afganistán. Esta ampliación debe estar terminada a principios de 2022.
Fuente: Associated Press