Los humanos somos excelentes diciéndonos mentiras a nosotros mismos, escribe Cortney S. Warren Ph.D en Psychology Today. Nos mentimos sobre un montón de cosas.
Y generalmente, no nos damos ni cuenta de las mentiras que nos decimos.
Debido a que las auto-mentiras son inconscientes, es difícil ser honestos con nosotros mismos. ¿Cómo sabemos cuando nos estamos diciendo mentiras? No es como si te pudieras preguntar a ti mismo si estás diciendo mentiras.
Estas sugerencias te pueden ayudar a ser honesto contigo mismo. La doctora usa el contexto de relaciones románticas como ejemplo porque es muy común y tiene el efecto de consecuencias destructivas.
Detecta tu auto-decepción
Nota tu estado emocional. Generalmente, si reaccionas emocionalmente a algo o alguien es porque te recuerda de algo doloroso o no resuelto en tu vida. En estos casos, nos cuesta admitir la verdad. Por ejemplo, si no tienes confianza en las relaciones románticas, puedes sentirte ansioso, irritable o hasta con miedo cuando te estás enamorando. Cuando esto ocurre, puedes sentir emociones que no son basadas en cómo es esta persona.
Nota tus pensamientos. Todos queremos creer que nuestros pensamientos reflejan la realidad, pensamos que son ciertos. La verdad es que nuestros pensamientos no son ciertos en varias formas características. Nuestros pensamientos frecuentemente reflejan realidades sobre nosotros mismos que no queremos admitir.
Nota tu comportamiento. Queremos que nuestro comportamiento esté separado de nuestra identidad. No nos gusta creer que como nos comportamos se refleja en nosotros mismos. Por ejemplo, no quieres admitir que eres celoso aun cuando lees los mensajes de texto de tu pareja, pero nuestro comportamiento es un reflejo de quienes somos.
Escoge la honestidad
No podemos ser honestos con las otras personas a menos de que seamos honestos con nosotros mismos. Cuando nos decimos mentiras, podemos dañar nuestras relaciones. Ser honesto requiere esfuerzo todos los días, pero al observar nuestras emociones y quiénes somos de verdad, podemos tener la oportunidad de cambiar.