Cada vez son más los inmigrantes que abandonan Estados Unidos para establecerse en otros lugares o, simplemente, para regresar a su país.
Esto es una mala noticia para Estados Unidos, porque cuando la innovación se mide por las patentes, los inmigrantes representaron el 16% de todos los inventores estadounidenses entre 1976 y 2012 (estudio de la Universidad de Stanford). También representaron el 23% de la innovación total, ya que el “inmigrante medio es significativamente más productivo que el inventor medio nacido en Estados Unidos”.
Pero los largos tiempos de espera para obtener la tarjeta verde (el permiso de residencia que puede conducir eventualmente a la ciudadanía) han erosionado la promesa que Estados Unidos hizo en su día [a los inmigrantes].
Este fenómeno se puso de manifiesto en un informe del Instituto Cato de 2020, en el que se señalaba que los solicitantes indios patrocinados por sus empleadores tienen que esperar ocho décadas (sí, 80 años) para obtener una tarjeta de residencia.
El informe calculó que cerca de 200.000 personas morirían antes de que su solicitud pudiera ser siquiera teóricamente considerada.