Durante las negociaciones sobre la cuestión de Ucrania, Rusia hace alarde de la posibilidad de enviar tropas a Cuba y Venezuela.
Si las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia sobre Ucrania fracasan, esta última superpotencia no puede descartar por completo la posibilidad de desplegar tropas en Cuba y Venezuela. El viceministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Ryabkov, hizo esta declaración el jueves, que viene directamente del libro de jugadas de la Guerra Fría.
Ryabkov dirigió el lunes las primeras conversaciones entre ambos actores geopolíticos en Ginebra. En esa reunión, ambos países no lograron desescalar la situación en la frontera con Ucrania. Rusia lleva varias semanas acumulando una gran fuerza allí. Se teme que el Kremlin esté haciendo planes para invadir de nuevo Ucrania.
Misiles de crucero hipersónicos avanzados
Rusia exige que la OTAN, liderada por Estados Unidos, reduzca su presencia en los países vecinos de Rusia. Así, Moscú quiere que Estados Unidos deje de colocar misiles en Ucrania. Para la OTAN, sin embargo, parece una exigencia imposible, hecha para ser rechazada por la alianza occidental. Eso le daría a Putin una buena razón para invadir Ucrania, después de todo. El jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya anunció esta semana que la alianza está preparada para un nuevo conflicto armado con Rusia.
Los rusos buscan ahora contraargumentos sólidos para desanimar a los estadounidenses y a la OTAN. Según la agencia de noticias AP, Putin habría comentado que los buques de guerra rusos en aguas neutrales cerca de los aliados de la OTAN pueden suponer una amenaza igualmente grande a través de los Zircons, un tipo de misil de crucero hipersónico avanzado.
Ahora los rusos también parecen estar dispuestos a enviar tropas a Cuba y Venezuela. Dos países que quedan fuera de la esfera de influencia de Estados Unidos y que tienen una historia dolorosa con los estadounidenses.
Línea directa entre Washington y Moscú
Es difícil no establecer un paralelismo con la crisis cubana de los años sesenta. Entonces, la Unión Soviética instaló misiles en la Cuba comunista de Fidel Castro mientras la isla estaba bajo el bloqueo naval de Estados Unidos.
Esa crisis terminó en 1962, cuando el presidente estadounidense John F. Kennedy prometió que no amenazaría la soberanía de Cuba si el líder soviético Nikita Khrushchev retiraba los misiles. Así, se evitó una vez más el espectro de una guerra nuclear mundial.
Un año después, se estableció una línea directa, una conexión telefónica, entre Washington y el Kremlin. Encontrar una solución similar a la cuestión de Ucrania resultará al menos igual de complicado.