La popular cadena de comida rápida estadounidense McDonald‘s lleva un tiempo luchando contra la escasez de patatas fritas. Especialmente en Japón, la empresa tiene que encontrar soluciones para lo que denomina problemas de suministro. Sin embargo, hay quien dice que podría tratarse de un ingenioso truco de marketing de la cadena de hamburgueserías.
La causa de los problemas de entrega hay que buscarla en Canadá: las fuertes tormentas de nieve en el oeste del país y el mal tiempo en el norte del Océano Pacífico han desordenado los sistemas de transporte. Si a esto le añadimos la escasez de personal de Covid-cuarentena, las inundaciones en Vancouver y la escasez de contenedores de transporte, pronto queda claro por qué los japoneses pueden esperar por sus patatas fritas.
Puente aéreo
Cuando surgió este problema a finales de diciembre, McDonald’s decidió racionalizar las patatas fritas en sus 2.900 restaurantes japoneses y establecer un auténtico puente aéreo. En lugar de fletar patatas fritas congeladas por barco, la empresa de transporte Flexport desplegó tres Boeing 747 para llevar más de dos millones de porciones a la isla.
Una vez más, McDonald’s ha decidido limitar las porciones de sus patatas fritas: los paquetes grandes y medianos se eliminarán temporalmente; los clientes sólo podrán pedir porciones pequeñas. Cabe destacar que el número de envases solicitados no está limitado: en lugar de una ración grande (170 gramos), puede pedir simplemente dos raciones más pequeñas (74 gramos). Comes casi la misma cantidad de patatas fritas, pero… pagas más por ellas.
Parece que McDonald’s está jugando con el marketing. Por una ración grande se pagan 330 yenes, unos 2,5 euros. Por dos raciones pequeñas juntas (148 gramos) se paga aproximadamente la misma cantidad, pero McDonald’s se ahorra 22 gramos. Puede parecer una cerveza pequeña, pero piense en la cantidad de raciones que se venden cada día en 2.900 restaurantes.
La solución lógica para contrarrestar la escasez de patatas fritas parece ser limitar el número de porciones por pedido, en lugar de ajustar temporalmente el tamaño de las propias porciones. Por lo tanto, para McDonald’s, los persistentes problemas de entrega con este sistema parecen ser actualmente una ganancia neta.