Los coches, en general, tienen problemas para enfrentarse al frío, pero esto es aún más cierto en el caso de los vehículos eléctricos. Los coches eléctricos pierden su autonomía cuando la temperatura baja de cero. Esto puede ser una sorpresa para algunos conductores.
No es ningún secreto que a las baterías de litio no les gustan las temperaturas bajo cero. Muchos propietarios de teléfonos inteligentes ya han experimentado esto, pero también se aplica a los coches eléctricos. Pierden una media del 20% de su autonomía cuando la temperatura baja de cero, según una serie de pruebas compartidas por el tabloide británico The Sun.
La razón es sencilla: para funcionar eficazmente, las baterías de litio deben almacenarse en un entorno en el que la temperatura varíe entre 15 y 25 grados. De este modo, las reacciones químicas que tienen lugar en la batería se llevan a cabo correctamente, sin consumir más energía.
Un riesgo real
Esta reducción de la autonomía puede suponer un riesgo para los conductores que se aventuran a viajar a países lejanos para disfrutar del paisaje nevado. Su combustible puede agotarse más rápido de lo que habían calculado.
En general, dadas las temperaturas invernales, los automovilistas no dudan en calentar sus coches al máximo y utilizar los limpiaparabrisas para ver a través de la lluvia o la nieve. Sin embargo, en el caso de los coches eléctricos, esto consume mucha energía y, por tanto, también la batería, reduciendo aún más la autonomía. Este es un factor que hay que tener en cuenta, especialmente cuando los conductores vuelven de vacaciones, o simplemente en horas punta. El impacto del frío en la batería, el consumo excesivo de energía debido a las temperaturas invernales y el mal tiempo, y los atascos son un cóctel peligroso para los coches eléctricos y su autonomía.
Sistema de bomba de calor
Los fabricantes de vehículos eléctricos son conscientes de este problema. Tesla está trabajando en un sistema de bomba de calor para mantener la eficiencia de las baterías de sus coches. Sin embargo, esto no es realmente una solución, ya que este sistema implicaría un mayor consumo de electricidad y, por tanto, reduciría la autonomía de la batería.
A la espera de una solución real, es mejor mantener la cautela y tener en cuenta que la autonomía de los vehículos eléctricos disminuye con el frío extremo.