Al principio de una relación romántica, no falta la pasión. Pero esta llama suele apagarse después de un tiempo. ¿Es posible que una persona con una relación duradera se vuelva a enamorar, por ejemplo, a tiempo para San Valentín? ¿Qué dice la ciencia al respecto? Hay malas y buenas noticias.
¿Por qué es importante?
No es sólo una sensación: los estudios de las parejas demuestran que las sensaciones de “hormigueo”, la actividad sexual y las expresiones de afecto mutuo disminuyen con el tiempo. Pero también hay buenas noticias: algunas parejas consiguen mantener un amor apasionado a lo largo del tiempo. Y los científicos creen saber cómo.
Comienza así: la emoción de conocer todo sobre tu amante, compartir nuevas experiencias y tener mucho sexo crea un estado excitante de deseo y amor romántico. De hecho, varios estudios científicos han demostrado que este tipo de amor realmente cambia la química del cerebro, haciéndonos temporalmente adictos a nuestra pareja.
Pero esta llama suele apagarse al cabo de un tiempo, y otra emoción -quizá más profunda- se impone. Las investigaciones han demostrado que esta llamada “fase de vinculación” está relacionada con una disminución de las hormonas del “placer”, como la dopamina y la serotonina, y un aumento de las hormonas del “vínculo”, como la oxitocina. Teniendo en cuenta estos cambios físicos extremos, ¿es posible que una persona con una relación larga se vuelva a enamorar?
Las bases fisiológicas del amor y el enamoramiento han sido ampliamente estudiadas. En un estudio, los investigadores utilizaron la Resonancia Magnética Funcional (RMF), que mide la actividad cerebral observando los cambios en el flujo sanguíneo, para escanear a los participantes que se habían enamorado recientemente mientras miraban las fotos de sus parejas.
Los investigadores descubrieron que, en comparación con la observación de fotos de conocidos “normales”, los participantes mostraban una mayor activación en ciertas áreas del cerebro mientras miraban a su ser querido. Zonas como el área tegmentalis ventralis, rica en dopamina, que forma parte del sistema de recompensa del cerebro. Las mismas zonas del cerebro se activan también después de, por ejemplo, esnifar cocaína o comer chocolate, lo que sugiere que el amor apasionado provoca un subidón que seguimos buscando.
El matrimonio y el bebé no hacen ningún bien
Sin embargo, los estudios a largo plazo de las parejas demuestran que las sensaciones cálidas y de “hormigueo”, la actividad sexual y las expresiones de afecto, como hacerse cumplidos y reír juntos, disminuyen con el tiempo. Y este descenso es especialmente pronunciado tras los primeros años de matrimonio y después del nacimiento del primer hijo de la pareja. Aunque la satisfacción en las relaciones tiende a estabilizarse después de estas grandes transiciones, la pasión adictiva que acompaña al enamoramiento rara vez regresa plenamente en las parejas de larga duración.
Esta realidad puede parecer sombría y deprimente para los lectores más jóvenes, pero también hay buenas noticias: algunas parejas consiguen mantener un amor apasionado a lo largo del tiempo. En otro estudio en el que se analizó la actividad cerebral, los investigadores reclutaron a parejas que llevaban casadas al menos diez años y que afirmaban seguir locamente enamoradas el uno del otro.
Cuando estos individuos miraban las fotos de sus parejas, sus cerebros mostraban una fuerte activación en los mismos sistemas de recompensa y motivación que se activan al mirar la cara de un nuevo amor. ¿Cuál es su secreto?
Cómo atar a las parejas por los tobillos y las muñecas despierta el amor
Los estudios sugieren que las parejas que mantienen la pasión mutua a lo largo del tiempo tienen algo en común: suelen compartir nuevas experiencias con sus parejas. Es fácil ver por qué esto es crucial. Las parejas suelen caer en rutinas predecibles: comer en los mismos restaurantes, cumplir los mismos horarios y participar en las mismas actividades sexuales. Estas rutinas pueden acabar conduciendo al aburrimiento, un formidable enemigo de la pasión. Pero al compartir nuevas experiencias juntos, las parejas pueden sacudir estas rutinas.
En un estudio aparentemente extraño, los psicólogos construyeron una carrera de obstáculos para las parejas. Había una pega: las parejas debían completar el recorrido atadas entre sí por las muñecas y los tobillos. Los investigadores midieron la satisfacción de las parejas antes y después de completar esta loca (pero nueva) tarea.
En comparación con las parejas que tuvieron que completar una actividad más mundana juntos, los participantes que hicieron la carrera de obstáculos manifestaron sentimientos más positivos y hablaron con más cariño el uno del otro. Los vídeos de estas parejas también se mostraron a observadores objetivos, que coincidieron en que las parejas que acababan de completar la carrera de obstáculos mostraban una mayor satisfacción en su relación: se aceptaban más el uno al otro y mantenían conversaciones más íntimas.
Mantener la emoción y la sorpresa es algo más que psicología de bar
Otros experimentos han reproducido este hallazgo con diferentes tipos de nuevas actividades. Por ejemplo, las parejas que mantuvieron una conversación íntima y reveladora con otra pareja que acababan de conocer dijeron sentirse más cerca de sus parejas. Estas parejas incluso mostraron un pequeño aumento de la cercanía entre ellas hasta un mes después de la interacción. Esta investigación sugiere que hacer nuevos amigos puede animar una relación y acercar a las parejas.
Compartir nuevas experiencias aumenta los sentimientos de amor porque nos permite aprender cosas nuevas sobre nuestra pareja y utilizarlas para mejorar nuestra comprensión de nosotros mismos, un proceso que los psicólogos sociales llaman autoexpansión. Por otra parte, la participación en actividades físicamente exigentes también aumenta la excitación fisiológica, entre otras cosas por el aumento de la frecuencia cardíaca y la respiración. Cuando estos efectos psicológicos y físicos se combinan, las parejas experimentan un estado muy parecido a la primera oleada de amor apasionado.
O bien: “mantenerlo emocionante y sorprendente” es, en efecto, algo más que contrapsicología.
Fuente: Newsweek