Las personas con una visión optimista del mundo pueden vivir más sanas y durante más tiempo. Simplemente encuentran menos eventos estresantes con los que lidiar. Esta es la conclusión de un informe realizado por científicos de la Universidad de Boston, basado en un estudio de 233 hombres a los que se hizo un seguimiento desde los años 60 y 70 hasta la primera década de este siglo.
Los investigadores descubrieron que, en situaciones de estrés, los optimistas y los pesimistas muestran casi la misma recuperación y respuesta. “Sin embargo, los optimistas llevan una mejor vida emocional porque identifican menos eventos estresantes en su vida diaria”, argumentan los científicos.
“No está claro de qué manera los optimistas minimizan su dosis de estrés, pero quizás consiguen evitar discusiones y otras irritaciones, o simplemente no experimentan esas situaciones como estresantes”.
Resiliencia
Estudios anteriores han encontrado pruebas de que los optimistas viven más tiempo y con mejor salud, pero los investigadores no acaban de entender por qué esta actitud positiva podría ayudar a envejecer de forma saludable.
“Dado que esos estudios anteriores relacionaban el optimismo con una vida larga, un envejecimiento saludable y un menor riesgo de padecer enfermedades graves, parecía un paso lógico analizar si el optimismo podría proteger contra los efectos del estrés en los adultos mayores”, dijo la líder de la investigación, Lewina Lee, profesora de psiquiatría de la Universidad de Boston.
Los investigadores sospechaban que los optimistas se recuperaban más rápidamente después de un acontecimiento estresante y recuperaban su buen humor más rápidamente que los pesimistas, pero los hechos no lo confirman.
“Descubrimos que los hombres optimistas informaban de menos factores de estrés diarios, lo que explicaba en parte sus menores niveles de reacciones negativas”, aclaró Lee. “Se puede inferir que los hombres optimistas reducen su exposición a situaciones estresantes o son menos propensos a etiquetar las situaciones como estresantes”.
Los investigadores sospechan que los mismos resultados se aplican también a las mujeres mayores.
Enfrentarse a
Lewina Lee añade que los niveles de optimismo o pesimismo suelen permanecer bastante estables a lo largo de la vida de un individuo, pero al mismo tiempo subraya la creencia de que existen oportunidades para crear una perspectiva más halagüeña para uno mismo.
“Esto puede hacerse tomando conciencia de la propia reacción interna ante las situaciones”, aclara el científico. “A menudo nuestra reacción automática es una evaluación negativa. No es raro que se tenga en cuenta el peor escenario posible. Esa percepción puede ser un impulso para buscar formas de afrontar la situación”.
“Una actitud optimista no equivale a ignorar los riesgos, como se suele suponer erróneamente”, subraya Lee. “El optimismo significa que el individuo reconoce sus puntos fuertes y sus éxitos pasados, fomentando así una actitud positiva y de confianza”.
Andrew Steptoe, científico del comportamiento del University College de Londres, dijo que era difícil determinar qué impacto podrían tener los resultados en el bienestar. “Hay pruebas de que un mayor optimismo está relacionado con un menor riesgo de problemas de salud en el futuro”, argumenta.
“Esto puede estar relacionado con el estilo de vida -como el aumento de la actividad física, la mejora de la dieta y la reducción de hábitos poco saludables como el tabaquismo-, pero el optimismo también puede estar vinculado a una serie de efectos biológicos -como la reducción de las posibilidades de inflamación sistémica- que pueden proteger la salud.”